Hoy arrendar un auto es difícil. Y no sólo por el trámite encabezado con las tradicionales filas, papeleos, inspecciones manuales, entre otros. Eso ya no es suficiente para complicar el arriendo de autos: ahora hay escasez de vehículos para arriendo.
La pandemia puso un desafío a las empresas de rent-a-car y las obligó a disminuir su flota de autos disponibles y ahora que el turismo se ha reactivado -especialmente en Norteamérica o Europa que se encuentran veraneando-, la demanda ha estresado a las ya debilitadas empresas de arriendo.
Frente a este escenario, surgen alternativas bastante novedosas: plataformas de arriendo de autos entre personas. Estas, vienen, en cierta medida, a suplir el servicio que proporcionan tradicionalmente estas tradicionales empresas. Este verano en el hemisferio norte ha servido como preámbulo a un futuro cercano donde el futuro de la movilidad será colaborativo.
Generalmente, estas aplicaciones funcionan con dos principales puntales: por un lado está el arrendatario, quien con su licencia, teléfono y tarjeta bancaria puede solucionar temporalmente su problema de movilidad y satisfacer necesidades específicas; y por el otro el dueño del auto, quien pone en arriendo su bien, puede generar recursos extras para pagar los gastos fijos de su auto.
Este modelo de negocios propone una economía circular mediante el arriendo de autos entre personas naturales. Estas plataformas de arriendo, al echar mano a los propios autos de las personas, tienden a disponibilizar una amplia gama de vehículos como también con una amplia cobertura. Más aún a medida de que se van popularizando.
En estas plataformas -como Appcar- generalmente el servicio está asegurado, al más puro estilo de las famosas empresas de rent-a-car. Asimismo, para que este seguro se habilite, se exigen que los autos cumplan con algunas condiciones técnicas y mecánicas mínimas para poder garantizar la entrega del servicio para el propietario con su auto y al mismo tiempo al arrendatario.
La pandemia puso un desafío a las empresas de rent-a-car y las obligó a disminuir su flota de autos disponibles y ahora que el turismo se ha reactivado -especialmente en Norteamérica o Europa que se encuentran veraneando-, la demanda ha estresado a las ya debilitadas empresas de arriendo.
Frente a este escenario, surgen alternativas bastante novedosas: plataformas de arriendo de autos entre personas. Estas, vienen, en cierta medida, a suplir el servicio que proporcionan tradicionalmente estas tradicionales empresas. Este verano en el hemisferio norte ha servido como preámbulo a un futuro cercano donde el futuro de la movilidad será colaborativo.
Generalmente, estas aplicaciones funcionan con dos principales puntales: por un lado está el arrendatario, quien con su licencia, teléfono y tarjeta bancaria puede solucionar temporalmente su problema de movilidad y satisfacer necesidades específicas; y por el otro el dueño del auto, quien pone en arriendo su bien, puede generar recursos extras para pagar los gastos fijos de su auto.
Este modelo de negocios propone una economía circular mediante el arriendo de autos entre personas naturales. Estas plataformas de arriendo, al echar mano a los propios autos de las personas, tienden a disponibilizar una amplia gama de vehículos como también con una amplia cobertura. Más aún a medida de que se van popularizando.
En estas plataformas -como Appcar- generalmente el servicio está asegurado, al más puro estilo de las famosas empresas de rent-a-car. Asimismo, para que este seguro se habilite, se exigen que los autos cumplan con algunas condiciones técnicas y mecánicas mínimas para poder garantizar la entrega del servicio para el propietario con su auto y al mismo tiempo al arrendatario.
